Debía ir a Valencia a comprar los típicos regalos del amigo invisible, que es lo que “mola” en estas fechas, pero cada año odio más hacerlo.
A mí nunca me gustó y ahora menos. ¿¡Yo qué coño sé lo que le gusta!? Es crearse más quebraderos de cabeza.
Como si uno tuviese pocos ya.
Bueno, pero no quería hablar de amigos invisibles, yo iba a hablar sobre mi experiencia.
Como siempre me tocó correr detrás del autobús urbano de Paterna para poder subir, porque claro esperar en la parada con el frío que hace en estas fechas, como que no.
Me senté como siempre en el asiento de los GORDOS, (que es un asiento con el tamaño de dos que nos han puesto en nuestros autobuses ultra hiper mega modernos, pero que llegan tarde).
A las dos paradas subió Pau y se sentó frente a mí en el otro asiento reservado, porque un domingo.. ¿Quién cojones va a coger un autobús un domingo?
Muy equivocado estaba. Llegamos a Paterna al autobús se le sumaban una media de 5 abuelos y medio por parada con un total de 8 paradas aproximadamente nos sale un total de 44 abuelos en el mismo autobús.
Nosotros nos trasladamos a un asiento trasero que no estaba reservado y decidimos observar su comportamiento.
Y las conclusiones llevadas a cabo fueron:
- No tienen destino fijo, lo usan como un bus turístico, “ya que no tengo nada que hacer y me sale gratis, pues me voy a dar una vuelta”.
- Se crea un lugar de encuentro entre jubilados. “¿Qué leches era eso del hogar del jubilado?, si llevase ruedas y diese vueltas por el municipio pues iría. Ahí no puedo ver el paisaje.”
- Se crea una competición de “a ver quién tiene la risa más maligna”. Llegué a pasar miedo escuchando algunas de sus risas. Ahora sé dónde graban las risas terroríficas de las películas de miedo, en autobuses del inserso”.
- Se dedican a señalar a los demás viajeros e intimidarles con frases tipo: ¿A dónde vais chicos?, ¿no deberíais estar estudiando?, ¿qué curso estáis haciendo?
- Se visten de gala para acudir a su cita con el autobús y existe un solo estilo posible. Llevan los mismos peinados y los mismos abrigos (imitación de Bisón).
- En Paterna hay más abuelos que jóvenes que van al instituto.
Así que si alguien desea sentirse abuelo a los 16 años, puede hacerlo por el módico precio de 65 céntimos de euro.
Todos los domingos en el autobús de las 17.30. ¡No nos falles!
Leer preferentemente este articulo al menos dos veces antes de realizar la experiencia, podría causar daños cerebrales irreparables.